lunes, 4 de abril de 2011

EXPOSICIÓN: Kounboum: las imágenes en el laberinto.

INAUGURACIÓN MIÉRCOLES 6 DE ABRIL
GALERÍA DE ARTE UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TEMUCO






El proyecto “Kounboum” es un taller renacentista, cumpliéndose al margen del tiempo. Primero fueron los textos, la palabra, el logos pulsante; más tarde, las imágenes, el misterio de las asociaciones, la interpretación y el espejo. En conjunto, podríamos decir que “Kounboum” es un laberinto donde la fantasía opera al nivel de la alquimia y el juego: el material numinoso trasciende las fronteras, los diques mentales, instalándose en tierra de nadie, donde aparece la posibilidad de una mutación: las imágenes abandonan el libro y pasan a ocupar –usurpar- insospechados espacios simbólicos.

Las ilustraciones del libro “Kounboum”, fueron realizadas por 7 dibujantes de Valparaíso, Concón, Santiago de Chile, Viña del Mar y Temuco, en el lapso de un año. Los artistas fueron convocados por su poder de  integrar caos y laberinto en un mismo haz irradiante. Cosa nada fácil. El arte contemporáneo vive de la exhibición y el facilismo. En la época de los alquimistas, por el contrario, eran sus mejores aliados el misterio y una larga paciencia. Encontrar artistas así hoy día es sumamente difícil, pues el ojo de la fantasía ha sido recubierto de muchos y pesados filtros. Quien quiera hacer un arte de lo puramente fantástico, que toque las zonas más profundas del sueño y de la existencia, deberá situarse allende los compromisos y las rutinas. Yo tuve la suerte de encontrar a 7 artistas dispuestos a trabajar directamente en función de ese ojo interior, en una suerte de éxtasis prometeico. Sus creaciones son expresión de una voluntad de conocimiento que rebasa las medidas mismas del arte.

Pues, ¿qué es la fantasía? Un órgano invisible, que, oculto en las tenebrosas profundidades de la mente, parece burlar, en contadísimos casos, ese impulso del cerebro por aferrarse a lo conocido, a lo causal, a lo ‘alimenticio’. La fantasía es el dispositivo ‘subversivo’ por excelencia, como ya nos lo mostraron los surrealistas y, mucho antes de ellos, los poetas románticos y los delirantes pintores de Flandes, Brueghel y el Bosco (revisar). Asimismo, en el impulso hacia lo fantástico, el alma parece sintonizar misteriosamente con sus orígenes extrahumanos; el yo se descompone en innumerables corpúsculos, y la identidad diurna cede a la oceánica tentación del mensaje cifrado y la mascarada.

En esta exposición, encontraremos trabajos que hieren violentamente la superficie de la belleza y del sueño. En el campo unificado de la imaginación creadora, cada punto se muestra a la vez como desafío y aposento, siendo trastocado el entero territorio virtual con apenas una punta de aguja. Las miniaturas de Cristián Olivos y Susana Riveros, por ejemplo, nos hablan desde el neblinoso mundo de los monstruos y los seres de ensueño, envolviéndonos con una luz cenital, propia de la imaginación de los niños y los dementes. Sergio Alejandro Amira nos entrega visiones trastocadas de mundos imposibles y sus habitantes. Raquel y Francisco Chellew, torturan nuestra visión con formas incubadas en la oscuridad más inestable. Iván Arestegui construye toda una ideología visual del pastiche y lo apócrifo literario. Leonardo Lizama, por último, traduce los laberintos de Kounboum a los códigos menos transitados de la novela gráfica y el cine.

Una última anotación: en la alquimia, la realidad carece de toda sustancia, pues lo que el alquimista busca es el abandono de lo posible, para llegar a lo imposible. De este modo, por una operación mágica, se  une lo remotamente futuro con lo remotamente pretérito. Lo posible se le aparece al alquimista como caos, inestabilidad, amenaza; con esa sustancia fugitiva, deberá realizar un trabajo de configuración, que es ya la cristalización de un nuevo ser, el Homúnculo, el inquilino de lo imposible, el soñador de una humanidad nueva. Tal logro, ciertamente milagroso, es fruto únicamente del tesón y la valentía de quienes no temen dar un salto mortal en el vacío, para alcanzar lo que no se sabe ni nunca se ha sabido. Es en la frontera de nosotros mismos donde nace nuestra más profunda verdad, donde podemos empezar a ser reales. Reconozco en los siete artistas que animaron el proyecto “Kounboum”, esa voluntad de lo imposible que deberá constituir el Signo de todo alquimista.

Carlos Lloró
Temuco
Marzo 2011

Carlos Lloró

Escritor y músico cubano, residente en Temuco, Chile. Autor de la saga literaria Inferno, cuyo primer volumen, Kounboum, fue publicado en el año 2010 por  la editorial Corriente Alterna (Santiago de Chile). Es profesor de guitarra clásica en el Conservatorio de Música de la Universidad Católica de Temuco, y presidente de la Liga para el estudio del Arte de los Laberintos, de la mítica ciudad de Aihaimj. A fines del año 2010, fue invitado a participar en el programa Una belleza nueva, de la Televisión Nacional de Chile, donde conversó con Cristian Warnken acerca de los beneficios del silencio y los peligros de la escritura. Se encuentra trabajando en dos proyectos literarios: La tentación de la magia, libro sobre la cosmogonía gnóstico-órfica de Miguel Serrano, y Conversaciones en la Máquina Cuántica, que recoge sus diálogos con el desaparecido escritor de ciencia ficción Sergio Meier.


TEMUCO - GALERÍA DE ARTE UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TEMUCO - HASTA EL 30 DE ABRIL Campus Menchaca Lira Av. Alemania esq. 18 de Septiembre

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